martes, 28 de febrero de 2012

Someteos


Huída de soldados alemanes



"Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no es provechoso" (Hebreos 13:17).

Después de haber leído este versículo, el cual ha impactado profundamente mi corazón, debo confesar que he descubierto en él un gran mensaje para mi vida, mensaje que me gustaría compartir con vosotros. Estando meditándolo en el Señor, vinieron a mi mente unas impactantes secuencias de una gran película en la que todos los soldados iban dejando solo al teniente al mando del pelotón. Podriamos definirlo más claramente afirmando que todos desertaban de seguir luchando en el lugar y responsabilidad que les había sido encomendada. Según iba pasando el tiempo, más y más soldados dejaban sus puestos en una deshonrosa retirada que nadie había anunciado. ¡Cuánto me ha ayudado este versículo a entender que en el Señor no hay retiradas y, mucho menos, deserciones!

El autor de esta carta a los Hebreos, dirigido por el Espíritu Santo, hace hincapié en una cuestión que últimamente está siendo olvidada por muchos creyentes irresponsables: la obediencia a los pastores y el sometimiento a sus ministerios. Y da una razón de peso que no está sujeta a discusión: ¡Ellos velan por nuestras almas, como quienes han de dar cuenta!

Actualmente, encontramos en el pueblo de Dios demasiadas  deserciones y huídas, todas ellas desenfrenadas e injustificadas delante de Aquel que pesa los corazones. Mareas de creyentes deambulan,como pueblos nómadas sin dirección ni visión de Dios, yendo de una iglesia a otra por nuestras regiones y ciudades, buscando una utópica "tierra prometida" sin sometimiento ni sujeción a nadie.
Y todo esto, ¿por qué? ¿Es que acaso creemos que nuestos pastores no velan por nuestras almas? Resulta muy dificil afirmar esto en todos los casos conocidos y examinados. Hermanos, creo que debemos aprender a obedecer y a sujetarnos humildemente a ellos, no cayendo en la deserción -nunca justificada-, ni en la rebelde desobediencia. En lugar de esto, debemos entrar en el Lugar Santísimo y orar por ellos y por la Iglesia. Los siervos darán cuenta de nosotros delante del Principe de los pastores, por lo que el temor a Él les lleva a conservar y cuidar ese legado suyo. Entendamos, pues, que no es provechoso para nosotros no obedecerles ni sujetarnos a sus ministerios dados por el Señor de la mies.

Oremos también para que esos hermanos que desertan vuelvan a sus rebaños y oren por sus pastores, no buscando acomodo espiritual en pastores extraños que, realmente, no velan por sus almas, y que al acogerlos demuestran no sujetarse a Aquel al que han de dar cuenta.
Gracias Señor por los pastores que fielmente predican el Evangelio verdadero, y que velan -en las vigilias de la noche del mundo- por las ovejas escogidas sin quejas, y con gran denuedo, fidelidad y alegría. ¡Ellos sin son un ejemplo para la grey de Jesucristo!



Jesús Vázquez Toro